miércoles, 27 de mayo de 2009

ENVIGADO...

Historia
Estas tierras estuvieron en posesión de la tribu de los anaconas, pertenecientes a la gran familia Nutabe. Su radio de acción era Envigado, incluyendo a
Sabaneta, Itagüí y La Estrella. En la zona de Palenque existió el mayor asentamiento de dicha tribu. Luego en 1541, fueron colonizadas paulatinamente por los españoles, después del arribo de Jerónimo Luis Tejelo al Valle de Aburrá por órdenes de Jorge Robledo. Esto según Juan Sardella, cronista de las hazañas del español Jorge Robledo.
Posteriormente, entra por el sur el Capitán Álvaro de Mendoza, enviado también por Jorge Robledo en la búsqueda del Valle de Arví, quien divisó al valle como un espléndido escenario casi virgen, con su imponente marco de montañas y surcado por el río, sus quebradas y torrentes, que corrían por entre una variada floresta de donde emergían columnas de humo en un pequeño poblado indígena situado al sur, lo que hoy es Sabaneta y Caldas, concretamente Pueblo Viejo, lugar del primitivo poblado de los aburraes.
De esa primera incursión no quedó nada distinto a la versión de los cronistas españoles, pues habría de continuar hacia el otro valle de oriente siempre en busca del mítico Dorado que ahora tenía el nombre de Arví. No obstante queda el testimonio que el primer zarpazo que pegaron los españoles en el Valle de Aburrá fue al territorio de Envigado. Porque, desde entonces, este privilegiado sitio se ofrecía como el más apacible, pero también apetecible rincón de todo el valle.
En
1547, Gaspar de Rodas, el último gobernador de la Provincia, solicitó al Consejo de la Villa de Santa Fe una concesión de tres lenguas cuadradas de tierra en el valle, al norte del antiguo pueblo de los aburraes, cerca del moderno Envigado. Cuatro años después, cuando la facción de Pedroso visitó el valle, éste se hallaba aun ocupado solamente por indios. Aún este lugar no tenía el nombre de Envigado, el cual habría de recibirlo tiempo después, nominado por los primeros pobladores de la Villa de La Candelaria de Medellín quienes fueron los siguientes que le pusieron el ojo.
Hacia
1630, además de Aburrá se incluían otros poblados en el valle, tales como Aná, La Tasajera (Copacabana), La Culata (San Cristóbal), Itagüí, Santa Gertrudis (Envigado), Hatoviejo (Bello) y Guayabal. La primera capilla que existió en Envigado, construida en la primera mitad del siglo XVIII, concretamente en 1750, en terrenos de la finca de Don Francisco de la Calle, padre de los doctores Jerónimo y Alberto María, estaba dedicada a la Virgen de los Dolores y, sólo en 1775, cuando se aprueba por parte del Obispo de Popayán Antonio de Obregón la erección de la Parroquia, se le dedica el templo que se construye a Santa Gertrudis y se la escoge como Patrona de Envigado.
El origen de Envigado está íntimamente unido a la existencia de Medellín desde la fundación de la Villa de La candelaria, aunque siempre conservando su propia identidad. Primero aparece un Envigado rural diseminado en un inmenso territorio que comprendía lo que hoy son Envigado,
Sabaneta, Itagüí y Caldas. En ese territorio fueron apareciendo haciendas habitadas por sus dueños, personas de medios económicos, quienes fueron casando sus descendientes con españoles pobres de origen prominente que llegaron hasta América en busca de fortuna.
Estas haciendas se fueron multiplicando y prosperando, subdividiendo cada vez más la tierra, lo que aumentó la población de este territorio. Al iniciar el último cuarto de
siglo XVIII es el momento en que aparece Envigado a la vida urbana en el año de 1775, cuando se crea la Parroquia de Santa Gertrudis, se escoge el sitio para el templo, se trazan la plaza y las primeras calles.
tomado de:
www.google.com wikipedia

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